Esta experiencia-espectáculo se inició en Madrid en Diciembre 2001 como “Teatro a Domicilio”: grupos de personas se organizaban y contrataban la obra para traerla a su casa o bien la compañía hacía una lista con los interesados en asistir a una sesión que ocurría en una casa que ella ofrecía (para los que deseaban vivirlo y no podían organizarlo). Los primeros meses fue “de boca en boca”, en un trasiego urbano underground y luego el espectáculo se formalizó como una alternativa en la cartelera teatral de Madrid generando un alto impacto mediático.
Planteado como una férrea y sintética versión del texto de Goethe centrada en la intensidad y en el despojo actoral, la intimidad Planteado como una férrea y sintética versión del texto de Goethe centrada en la intensidad y en el despojo actoral, la intimidad de un salón permite la escenografía natural para desarrollar una teatralidad ritual. Y la circulación por los diferentes espacios de cada casa -habitados o visitados por los más diversos espectadores- determina un acto escénico de intervención cultural muy complejo. En 2003 Compañía Interno decide presentar y hacer circular Fausto en salas, pues existe un espectro importante de espectadores que no han podido acceder al circuito.
Además, debido a la teatralidad conque está concebida y realizada esta adaptación, pues fuera del marco de un salón y dentro de un escenario ella se potencia en otros registros expresivos. Pero sin perder los niveles de intimidad y de cercanía ceremonial: un corro de espectadores alrededor del espacio actoral situados también sobre el escenario o de otra forma… es justamente un espectáculo cuya performatividad es moldeable, manteniendo su espíritu y su forma estética. El formato en sitios que no son casas se hizo en el teatro La Galera (Alcalá de Henares) y en una temporada de 5 meses en la sala TIS de Madrid. En 2004 se estrenó en el Museo de Bellas Artes de Santiago, Chile.
La experiencia de haber instalado el espectáculo en una plaza de un antiguo pueblo de Cádiz y luego el haberlo realizado literalmente a orillas del mar en una playa contigua, abrió el campo de lo que ha sido el tercer recorrido de Fausto (el oráculo). Re-estrenado en 2007 mientras Montagna creaba y estrenaba Fausto (el tarot), se desarrolla un circuito de espacios urbanos y naturales: diversas naves industriales de Madrid, centros de intervención cultural en Madrid y en Nerja, una bodega abandonada en el pequeño pueblo Maro (España) y una jaima árabe situada junto a este pueblo -en medio de un campo- que es un centro donde se desarrollan meditaciones y rituales de sanación.
Ambos espectáculos de Fausto ahora se presentarán en una temporada de tres meses en el antiguo hospital San José, Santiago, Chile. Proyecta un nuevo periplo en España a partir de Septiembre 2011.
En todos estos años y en sus diversos recorridos, quienes lo han visto quedan impactados y además interesados en el hecho de que una obra de dimensiones colosales como el Fausto de Goethe pueda ser sintetizada capturando su dispositivo central.
Y que pueda hacerse sin artificios, sin escenografía, absolutamente basada en el cuerpo de solo dos actores incluyendo lo sonoro.
Y el hecho de participar en una ceremonia, vivir de esta manera la experiencia teatral. (y quienes han llevado la obra a su casa, además, generaron una convocatoria distinta para su gente, han convertido su espacio de intimidad en un evento teatral).
Respecto del “Teatro a Domicilio”, el espectador percibía que la experiencia era diferente, provocadora y que además estaba sustentada no solo en la originalidad de hacer Fausto en un salón (la mayoría de las veces standar, pues no hacía falta un gran espacio, estaba concebido así), sino que también la propuesta era percibida como una manera inédita de abordar estéticamente un espectáculo. También como una forma renovada de presentar el teatro como hecho cultural. Esta ha sido la intención de Montagna como director y actor: especialmente en esa etapa se buscaba entrar en la intimidad de los espacios humanos y así acceder a espectros de personas tan diferentes, incluso muchos de ellos no eran espectadores habituales de teatro.
Era evidentemente una intención cultural y no una fórmula empresarial u original de circular con la obra. Porque, finalmente, durante este complejo y hermoso recorrido lo que ha predominado es la intensa interacción ritual con el espectador desde un espectáculo férreo en sus claves dramatúrgicas, escénicas y actorales acerca del Fausto de Goethe.