Hay en mí dos almas... la una, apasionada y viva, está apegada al mundo por medio de los órganos del cuerpo... la otra, lucha siempre por disipar las tinieblas que la cercan y abrirse un camino hacia la mansión etérea. ¿Por qué con tanta violencia y goce me hundo en la incertidumbre de la humanidad? Entonces... tenía la vista fija en el mar que rugía y se encrespaba cada vez con más fuerza, hasta que al fin se calmaba y extendía tranquilo sus olas para invadir la llanura o la playa... y la ola ahora se acerca, se hincha, crece, invade y se extiende por la inculta arena, sólo están allí las encrespadas olas que al fin se retiran sin haber fecundizado cosa alguna. Esa fuerza sin objeto de los indomables elementos excita mi desesperación y obliga a mi espíritu a tender sus alas sin consultar más que su deseo de luchar y de vencer... sería para mí un goce supremo arrojar de su orilla al mar altivo y tempestuoso, contenerle en los límites de la húmeda playa y hecerle retroceder todo cuanto pudiese. Ahora veo en el espacio un carro de fuego que se dirige hacia mí con rápidas alas… voy a subir a él para recorrer las esferas etéreas. El arte es largo y la vida es corta. La vida es corta y el arte es largo... (Fausto, Goethe)

Fausto 2 (El Tarot)

Ficha Artística


Compañía:

“INTERNO”

Dramaturgia y Dirección:

JUAN CARLOS MONTAGNA

(Adaptación texto original “Fausto” de Goethe)

Producción y Difusión:

MARÍA ANTONIETA ASTUDILLO

Elenco:

JUAN CARLOS MONTAGNA (MEPHISTO)

MARÍA ANTONIETA ASTUDILLO (ANIMUS)

Fotografía:

DOLORES NIÑO

Foto Afiche:

Davide Angeli



LA DRAMATURGIA Y EL LENGUAJE:

En las dos versiones que hace Juan Carlos Montagna del Fausto de Goethe, se busca profundizar en la cara humanista de ambos personajes. También en la parte luminosa y en la parte oscura que dramáticamente conviven al interior del ser humano.

No sólo nos enfrentaremos al intenso recorrido de una vida condenada al dolor, a través del personaje de Fausto en la primera versión de la obra, sino que también nos internaremos en el mundo espiritual de Mephisto en el segundo espectáculo: siendo testigos del padecimiento de un ser que se desvive como la sombra de la humanidad.

Trabajada desde un teatro psicofísico basado en las energías, la organicidad y la dimensión ritual del actor, es el método desarrollado por Juan Carlos desde hace veinte años con su Cia Interno y que hoy enseña en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica. Ambas obras proponen volver la mirada hacia el actor como el gran portador del relato teatral.

Los actores se extreman en escena llegando a traspasar los límites de la representación para alcanzar dimensiones expresivas donde se deben lograr umbrales de energía que van más allá de lo habitual en el Teatro, pudiendo instalar tanto en sus cuerpos como en la sensibilidad del espectador incluso el misterio y la magia. Se plantea una radicalidad absoluta del cuerpo en escena en diferentes niveles performativos, donde no existe escenografía y sí un espacio absolutamente despojado donde la intensidad actoral se proyecta a los espectadores que están incluidos en este espacio escénico.

Así, se invita al espectador a formar parte de una experiencia más allá de una representación de teatro: participar de un ceremonial donde es imposible permanecer indiferente sin involucrarse. Esto también ha ocurrido en trabajos anteriores del director, en especial Sexo, estrenada en el festival Escena Contemporánea Madrid 2003 y luego mostrada en Chile en Matucana 100, causando un gran impacto por el modo como se abordó la sexualidad y el haber tenido una duración de veintisiete horas de trabajo ininterrumpido en escena.

LA MAGIA Y EL ESOTERISMO

En ambos espectáculos de Fausto ocurre una experiencia muy impactante y misteriosa para el espectador, que en España ha suscitado múltiples preguntas e intensidades. Como una metáfora de lo humano que el maestro (Mephisto) debe enseñar a su discípulo Fausto, en determinadas secuencias que están fijas en la dramaturgia -pero que cambian en su expresión en cada función- los espectadores son objeto de adivinación: el diablo se les acerca, los escruta, juega con ellos y les entrega un oráculo sobre algún aspecto de su ser, de su historia y sus circunstancias, de su futuro. Esto ocurre en Fausto (el oráculo). En Fausto (el tarot) esto mismo se desarrolla precisamente desde el tarot, como una propuesta original de aplicar los milenarios arquetipos que contienen los arcanos en el espacio escénico y -tal como ocurre en una sesión privada- develar a través de ellos al espectador (Montagna es investigador del tarot desde hace años, además de su vida teatral tiene una consulta donde regularmente atiende personas).

Esta dimensión tan compleja de ambos espectáculos puede lograrse gracias a la dramaturgia sobre Goethe y a una concepción escénica despojada que está basada radicalmente en la intimidad entre actores y público. Y puede lograrse a propósito de la alta intensidad física del trabajo interno y corporal, donde se expresa el teatro como una experiencia que traspasa los umbrales de la representación para adentrarse en circuitos energéticos muy intensos y profundos ( aqui el actor se devela y se expone sin artificios, el espectador quita sus máscaras y abre canales para ser también develado). En todos estos años los espectadores, después de la función, se preguntan: “¿cómo pudo decirme eso si no me conocía, cómo pudo saber?”

Antecedentes

Esta propuesta significa y representa una continuación de FAUSTO el oráculo, el emblemático espectáculo que Cia Interno estreno en 2001 en una casa de Madrid y que durante dos años ininterrumpidos circuló en España como Teatro a Domicilio: instalando la ceremonia teatral en casas de diferentes estratos sociales, urbanos y culturales. Este recorrido ocurría a requerimiento de grupos de espectadores o bien como iniciativa de la compañía para introducirse en determinados espacios-hogares para desarrollar una compleja intervención cultural. Así, esta dramaturgia sobre el FAUSTO de Goethe, ejecutada por dos actores, se ejecuta en un espectáculo despojado con un profundo aliento ritual centrado en complejos códigos energéticos del cuerpo.


Después de este periplo -que en un inicio fue underground y luego una experiencia muy reconocida por la prensa, la critica y el medio teatral de Madrid- el espectáculo estuvo cinco meses en cartel en una sala de teatro madrileña pero sin alterar sus predicamentos escénicos y de interacción con el espectador, proyectando en un renovado sentido su dimensión ritual.

En 2004 se estrenó por fin en Chile en el Salón Blanco del Museo Nacional de Bellas Artes, en temporada de dos meses.


En 2007 se re-estrena en España, iniciando un recorrido por lo que denominamos espacios urbanos y naturales: galpones industriales en la periferia de Madrid, un antiguo y abandonado almacén en un pueblo costero del Sur de España, una Jaima árabe enclavada en un jardín cercano al mar donde se realizan rituales de sanación… y muchos otros sitios.

Es en esta etapa cuando Juan Carlos Montagna crea FAUSTO el tarot, estrenada el 13 de Enero 2008 en NERJA (Málaga). Este espectáculo se ha estado presentando en España alternadamente con el histórico FAUSTO el oráculo.

El Espectáculo

Al igual que el primero, FAUSTO el tarot es una dramaturgia que re-ordena textualidades de las dos partes originales del clásico de Goethe. Pero aquí el aliento temático y dramático está centrado en la figura solitaria de Mephistófeles. Es una hipótesis sobre la continuidad de este personaje-arquetipo más allá de la narración del autor alemán: su discípulo Fausto ya ha desaparecido, ahora el diablo está frente a su propio espejo ontológico, existencial, también carnal. El espectáculo que contiene esta hipótesis dramatúrgica sigue siendo despojado en el extremo, centrado en complejos códigos psico-físcos de la performatividad del actor y desde luego desarrollando un ritual con el espectador.

Se instala en FAUSTO el tarot un drama orientado en tres direcciones, que todo el tiempo se entrecruzan turbulentamente:

El pacto en el ultimo minuto fracasó, el alma de Fausto no pudo pertenecerle… entonces Mephisto ahora es emocionalizado, siente despecho, carencia afectiva y añoranza de su discípulo. Como en toda fractura interior -seguramente amorosa- la violenta ausencia del otro termina siendo una compleja pregunta y un doloroso viaje acerca de la propia identidad.

El pacto nunca fracasó, es ésta la resolución dramática del primer espectáculo Fausto. No fue así porque finalmente el maestro y el discípulo representaron escénica y ritualmente dos entidades que derivaron en lo siguiente: lo oscuro y lo luminoso…ambas entidades que finalmente pertenecen todo el tiempo al Ser.

Así, ahora Fausto ha desaparecido físicamente pero no interiormente en Mephisto: una parte de su alma ha quedado enquistada eternamente dentro de él. En este sentido su alma le pertenece, ha salido victorioso del pacto original.

Pero debe pagar el costo torturado de ser definitivamente habitado por él: ya no hay maestría ni dominación posibles, no hay otredad, entonces el diablo ha perdido en parte su status y ahora está desorientado. Debe cargar con el peso de no poder reconocerse del todo. Su “trofeo” sólo puede estr destinado a permanecer dentro de él como un desafío de renovado auto-conocimiento y de obligatoriedad psíquica: el “alma” de Fausto no le “pertenece” sino que está inextricablemente unida a su ser … deja de ser un trofeo, es una condena propia de la identidad.

Mephisto fue inicialmente un ángel caído. En esta hora de soledad física y de fracaso vital -en el sentido recién expuesto- clama a Dios lo vuelva a acoger en su seno. Pero esta plegaria le es negada: deberá aprender a ser ontológicamente y eternamente el Diablo. Incluso él como ser carnal y a la vez arquetípico está requerido de ser capaz de “elevarse”: subir un peldaño más en su propia consciencia evolutiva, sin dejar de ser lo que es.

A mayor abundamiento, escénicamente FAUSTO el tarot es un extremo y despojado ritual entre el actor y sus espectadores al igual que FAUSTO el oráculo.

Existen en esta teatralidad los mínimos elementos y no hay frontera física con los asistentes. Y todo está radicado en el cuerpo del actor en un complejo tramado orgánico y psicofísico -las habituales líneas de investigación de Montagna en sus trabajos- que permite desarrollar la dramaturgia interna y espacial de este nuevo espectáculo con sus fundamentos dramáticos. Y a la vez estatuir el ceremonial a través de la creación de diversos cánones energéticos que le permiten contactar al espectador, involucrarlo e interactuar con él… sólo desde este cuerpo desnudo escénicamente, sin recurrir deliberadamente a los normales o habituales recursos teatrales que apoyan la “representación” de una ficción.

Juan Carlos Montagna

El Director y el Dramaturgo

JUAN CARLOS MONTAGNA


A MELLA

Juan Carlos Montagna (49) es actor, director, dramaturgo, pedagogo e investigador teatral chileno. Además, nacionalidad italiana.

Director fundador de Compañía Interno (1990) actualmente de regreso en Chile después de residir en España a partir de 1999 (país al que retornará prontamente para continuar su trabajo e iniciar estudios de Doctorado, combinando estadías con nuestro país).

Titulado en la Escuela de Teatro de la Universidad Católica de Chile, donde hoy es profesor de actuación en 4to año, habiendo dirigido además dos Egresos: “El jardín de los Cerezos(Chejov, 2008) y “El Pelícano” (Strindberg, 2009).

Ha investigado durante años en el trabajo psico-físico del actor centrado en las energías, la organicidad y el mundo interno, desarrollando el método de trabajo que hoy transmite en sus cursos y laboratorios. Este universo además es poética y estética de sus espectáculos como actor, director y dramaturgo.

En Chile y en España ha estrenado versiones de textos clásicos en clave contemporánea: Hamlet (1990) La gaviota (1993) Las Tres Hermanas (2001), Fausto (2001, en adelante), Fausto 2 (2008, en adelante)

Además ha estrenado como dramaturgo y director sus textos “Encadenados” (1993) “Los Muertos” (1994) “Abrazando el Fuego” (1997) “Agua” (2004) “Blues en el destiempo” (2008) y “SEXO”, espectáculo de 27 horas de duración ininterrumpida para Festival Escena Contemporánea 2003 en Madrid. Y luego “SEXO” en versión de dos horas (2003).

Actualmente prepara montaje de su texto “El Silencio” (2013).

También ha versionado las novelas Trópico de Cáncer (Miller, 1994 y 2009 ) El Rio (del chileno Gómez Morel, 2010) y realizado dramaturgias escénicas sobre el filme de Scola “Un dia muy particular” (1994), sobre personajes femeninos del teatro en “Parece una Mujer” (2003) y sobre el texto de Mishima “Madame de Sade” (2006).

Autor y ejecutante de tres performances en Casa de América, Madrid, auspiciadas por la Embajada de Chile en España. En muchas de estas creaciones ha participado también como actor, en especial Sexo 27 horas y las dos versiones de Fausto, que prontamente serán mostradas en Santiago de Chile.

Profesor de actuación e investigador teatral desde 1990: en las universidades chilenas Pontificia Universidad Católica de Chile, UNIACC, Universidad Bolivariana y en las escuelas de teatro chilenas La Matriz, Facetas y Teatro Camino. En España, Institut del Teatre de Barcelona, Aula de Teatro de la Universidad de Alcalá, Escuela de Animación de la Comunidad de Madrid.

Ha desarrollado múltiples laboratorios de investigación actoral en Madrid, Santander y Nerja, gestionados por Cia Interno.

Se ha perfeccionado con el Odin Teatret dirigido por Eugenio Barba (Brasil, ISTA, 1994), con Osvaldo Dragún y Tomás González (EITALC, Cuba, 1993), con José Sanchis Sinisterra (Sala Beckett de Barcelona, 1996) y en Chile con Jonathan Halloway (1994), Patrice Pavis (1998) y otros.

Ganador de becas Fundación Andes (Chile, 1998), Creación Literaria del Consejo Nacional del Libro (Chile, 2000), Formación de Profesionales Iberoamericanos de la Cultura (España, 2000), y del fondo concursable FONDART (Chile, 2003). Nominado como Mejor Dramaturgo del año por APES (Chile, 1997).

Autor de artículos publicados en Apuntes Teatro (UC), actualmente prepara libro con su método que será editado en España 2014.

Como actor independiente, destacan sus trabajos en TIT dirigido por Raúl Osorio: No +” (1989, New-York, México e Italia; “Una Casa Vacía” (1998, Santiago); rol protagónico en “Crimen y Castigo” (Teatro UC, 1995, dirección de Hector Noguera).



FAUSTO: (EL ORÁCULO)

Próximamente en Noviembre:


Ficha Artística


Compañía:

“INTERNO”

Dramaturgia y Dirección:

JUAN CARLOS MONTAGNA

(Adaptación texto original “Fausto” de Goethe)

Producción:

Cía. Interno

Producción Ejecutiva y Difusión:

MARÍA ANTONIETA ASTUDILLO

Elenco:

JUAN CARLOS MONTAGNA (MEPHISTO)

ALEXEI VERGARA (FAUSTO)

Fotografía:

DOLORES NIÑO

Foto Afiche:

Pedro Balbas

Palabras del Director

“Estoy muy estimulado y expectante con esta temporada en Chile de los dos espectáculos de Fausto. Ya hicimos una muestra de Fausto el oráculo en el Museo de Bellas Artes en 2004 cuando traje “SEXO” y vine a hacer el fondart (“AGUA”) y fue emocionante... hoy muchos colegas y alumnos quieren verla, los que la vieron la recuerdan, también me he topado con espectadores comunes de esa época … todos se acuerdan de la intensidad actoral y de los oráculos,... aún me preguntan cómo pude saber o adivinar lo que les dije y la verdad es que en todos estos años la única respuesta que tengo es la energía, sí, un momento que se produce en la obra donde realmente se instala la desnudez más absoluta entre el actor y el espectador, habiendo un nivel de combustión y de comunicación muy alto, muy extra-cotidiano. También es cierto que en lo personal es una voluntad férrea para adentrarse en mundos ocultos e inmateriales, esto yo lo vivo no sólo con mis búsquedas como director desde la creación de un método actoral sino que como terapeuta a través del tarot, en fin, como persona todo el tiempo buscando como puedo todo aquello que va más allá de lo material. Es muy lindo el cariño y conexión de la gente con los Faustos.

El segundo espectáculo es casi un unipersonal y es muy difícil. También porque se plantea un demonio post-pacto con Fausto, más vulnerable, que quiere regresar al seno de Dios y no puede. Yo sentía que hacía falta una continuación del primer espectáculo donde ahora Mephisto se ha quedado solo, sin su discípulo, viviendo un duelo y mirándose al espejo. Es muy difícil, también, introducir dramatúrgicamente, físicamente y energéticamente el mundo del tarot en el teatro, es verdad que es una apuesta y un desafío ambicioso… pero, en fin. Tanto, tanto podría decir acerca de la experiencia de vida y artística que para mi ha supuesto el recorrido de los Faustos, esto me ha marcado demasiado.”