“Estoy muy estimulado y expectante con esta temporada en Chile de los dos espectáculos de Fausto. Ya hicimos una muestra de Fausto el oráculo en el Museo de Bellas Artes en 2004 cuando traje “SEXO” y vine a hacer el fondart (“AGUA”) y fue emocionante... hoy muchos colegas y alumnos quieren verla, los que la vieron la recuerdan, también me he topado con espectadores comunes de esa época … todos se acuerdan de la intensidad actoral y de los oráculos,... aún me preguntan cómo pude saber o adivinar lo que les dije y la verdad es que en todos estos años la única respuesta que tengo es la energía, sí, un momento que se produce en la obra donde realmente se instala la desnudez más absoluta entre el actor y el espectador, habiendo un nivel de combustión y de comunicación muy alto, muy extra-cotidiano. También es cierto que en lo personal es una voluntad férrea para adentrarse en mundos ocultos e inmateriales, esto yo lo vivo no sólo con mis búsquedas como director desde la creación de un método actoral sino que como terapeuta a través del tarot, en fin, como persona todo el tiempo buscando como puedo todo aquello que va más allá de lo material. Es muy lindo el cariño y conexión de la gente con los Faustos.
El segundo espectáculo es casi un unipersonal y es muy difícil. También porque se plantea un demonio post-pacto con Fausto, más vulnerable, que quiere regresar al seno de Dios y no puede. Yo sentía que hacía falta una continuación del primer espectáculo donde ahora Mephisto se ha quedado solo, sin su discípulo, viviendo un duelo y mirándose al espejo. Es muy difícil, también, introducir dramatúrgicamente, físicamente y energéticamente el mundo del tarot en el teatro, es verdad que es una apuesta y un desafío ambicioso… pero, en fin. Tanto, tanto podría decir acerca de la experiencia de vida y artística que para mi ha supuesto el recorrido de los Faustos, esto me ha marcado demasiado.”
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